Antes de que escribiera lo que he puesto hace unos minutos. Quería deciros que:
del 8 al 12 de Agosto no
pude escribir; por motivo de vacaciones. Me fui a "DisneyLand
Paris" (Francia), por el regalo de la comunión de mi hermana Reyes. En
estos días, tampoco podré escribir, ya que voy a estar muy ocupada.
Besitos y a disfrutar del verano.
lunes, 15 de agosto de 2016
¡¡¡FELICIDADES HERMANITA!!!
viernes, 29 de julio de 2016
REGALITOS DE SANTO:
Aquí os dejo escrito lo que el otro día me regalaron por mi santo;-) :
-Maleta para el colegio - Papá y mamá
-Escuche para el colegio - Papá y mamá
-Libro de la Princesa de la Oscuridad - Papá y mamá
-Posis de una niña bailarina - Papá y mamá
-Carnet del Sevilla F.C - Abuela Sole
-Libro de la Reina del Sueño - Tita Rocío
-Pegatinas 3D de búhos - Tita Rocío
-Una tarjeta con poesía - Hermanita Reyes
¡¡¡OS QUIERO MUCHO A TODOS!!!
martes, 26 de julio de 2016
¡¡FELICIDADES A TODAS LAS ANAS!!
Hola de nuevo, quiero felicitar a todas las personas llamadas "Ana" ya que hoy es su santo; también quiero felicitar a las personas llamadas "Joaquín".
¡¡¡FELICIDADES A TODOS!!!Hola...
Hace tiempo que no escribo pero no pasa nada, yo lo atrasado lo pondré como lo nuevo.
Hoy no voy a poner escribir (porque es mi santo).
viernes, 22 de julio de 2016
TIMIDEZ
La timidez es un bloqueo que nos impide comportarnos con
naturalidad. Nos suele dominar ante personas extrañas, no confiables o
amenazadoras.
¿Qué siente una persona
tímida?
Una persona tímida se siente incómoda y torpe. Entonces, por
miedo a equivocarse, deja de hablar, de moverse… e intenta pasar desapercibida.
Imagina que tienes que quedarte una noche en casa de unos
vecinos mayores. Aunque ellos sean cariñosos contigo, es posible que tú te
quedes callado en un rincón del sofá. No te sientes espontáneo. Incluso es
posible que te invada la confusión.
ESTO ES LO QUE TUVE QUE PONER EL JUEVES 14
INSEGURIDAD
La inseguridad es una falta de confianza. Puede faltarnos
confianza en nosotros mismos o en los demás.
Imagina que vas en un velero y el mar está muy agitado. Si
no lo crees que puedes nadar bien, te sentirás inseguro. Si no te fías del
capitán del barco, también.
¿Qué ocurre cuando te sientes inseguro?
Cuando sientes inseguridad, adoptas mecanismos para
defenderte. Si no estás seguro de tu capacidad para nadar, manotearás muchísimo
(aunque no sea necesario). Si no confías en un amigo, querrás aislarte para
sentirte a salvo.
A veces, por inseguridad, actuamos con timidez.
ESTO ES LO QUE TUVE QUE PONER EL MIÉRCOLES 13
VERGÜËNZA
La vergüenza aparece por sorpresa. La sientes cuando sabes
que has cometido una falta o cuando crees que se van burla de ti.
Aunque parezca de cuento, es posible sentir vergüenza por lo
que hace otra persona.
¿La vergüenza es discreta?
No. La vergüenza, por desgracia, es muy indiscreta. Tiene la
manía de decirles a los demás que eres consciente de tu falta: hace que tu
rostro enrojezca.
Que los demás sepan que estás avergonzado puede provocarte,
además, inseguridad.
ESTO ES LO TUVE QUE PONER EL MARTES 12
CULPA
La culpa nos invade cuando creemos que hemos hecho algo
malo. Es el termómetro de nuestros actos: nos indica qué consideramos bueno y
qué no. Además, nos permite evaluar nuestro comportamiento.
¿Se oye la culpa?
Cuando haces algo que sabes que no está bien, una voz
interior te habla. Escúchala. Eres tú mismo, que te preguntas te has comportado
correctamente. Tú sabes qué cosas crees que son apropiadas, aunque a veces no
quieras oírlo.
La culpa señala que somos responsables de nuestros actos y
nos ayuda a juzgarlos. Si llegamos a la conclusión de que hemos cometido una
falta, podemos experimentar vergüenza.
ESTO ES LO QUE TUVE QUE PONER EL LUNES 11
REMORDIMIENTO
Algunos lo confunden con el arrepentimiento.
El arrepentimiento es el malestar que podemos sentir ante
cualquier acto, sea malo o no. En cambio, el remordimiento solo aparece cuando
hemos realizado una mala acción.
Por ejemplo, podrías arrepentirte por haber dicho “no”
cuando tu hermano te ofreció unos chocolates… y, seguramente, sentirás
remordimiento si le quitas unos cuantos sin que él se dé cuenta.
¿Qué estrategia emplea?
Una sencilla, pero efectiva. Se las ingenia para que no
puedas dejar de pensar en eso malo que hiciste. Así, despierta en ti un
malestar que, poco a poco, va creciendo.
Ese malestar que te remuerde es la culpa.
ESTO ES LO QUE TUVE QUE PONER EL DOMINGO 10
jueves, 21 de julio de 2016
COMPASIÓN
Hay quienes la llaman “conmiseración” o “lástima”.
La compasión es la pena que nos provoca la desgracia de los
demás.
¿A qué nos motiva la compasión?
Nos motiva a ayudar a quien está sufriendo. Puede ser un
pariente o un desconocido. Incluso puede tratarse del personaje que habita en
un libro, como un zorro que ha perdido a su familia. Eso nos despierta el deseo
de abrazarlo para aliviar su tristeza.
Si un ser querido lo pasaba mal y no lo ayudamos, es muy
probable que entremos en el territorio del remordimiento.
ESTO ES LO QUE TUVE QUE PONER EL SÁBADO 9
¡¡¡MÁS LIBROS!!!
jueves, 14 de julio de 2016
¡TE QUIERO MUCHO, TITA!
NUEVA PÁGINA WEB
Hola, soy Ana. Se que hace tiempo que no escribo porque he estado muy ocupada, pero hoy voy a intentar ponerlo todo. Aquí os dejo una web de mi super amiga Noelia:
PÁGINA WEB : http://noeliaespinar23.wixsite.com/noelia-espinar
Besos y ahora os cuento...
PÁGINA WEB : http://noeliaespinar23.wixsite.com/noelia-espinar
Besos y ahora os cuento...
viernes, 8 de julio de 2016
Hola...
TRISTEZA
La tristeza es una caída general de nuestra energía, de
nuestro estado de ánimo.
Cuando estamos tristes perdemos el apetito, las fuerzas, el
deseo, el impulso: las ganas de vivir.
La tristeza es un velo que nos empaña la vida y la viste de
gris.
¿Qué causa tristeza?
No a todas las personas les entristecen las mismas cosas.
Sin embargo, es habitual sentir tristeza cuando nos decepcionan o cuando
perdemos algo que era importante para nosotros. Imagina que debes mudarte a
otra ciudad. Las nuevas perspectivas despertarán tu curiosidad, pero sentirás
tristeza al pensar en los amigos que dejas atrás.
La tristeza es parte de la compasión.
FELIZ FIN DE SEMANA
No se si mañana voy a poner escribir por eso os lo pongo dentro de unos minutos.
Y no olvidéis de disfrutar del fin de semana. Besitos y hasta ahora.
ALEGRÍA
Algunos la llaman “júbilo”,” contento” o “gozo".
La alegría es causada por un motivo placentero y, por eso,
es sumamente agradable.
A diferencia de la felicidad, la alegría es de corta
duración. Sin embargo, uno puede tener muchísimos ratitos alegres durante el
día.
¿Qué sucede en esos
ratitos?
Te invade un placer juguetón. Tu energía aumenta y tu manera
de pensar es más positiva.
Lo contrario de la alegría es la tristeza.
jueves, 7 de julio de 2016
FELICIDAD
La felicidad es diferente para cada persona. Somos felices
cuando disfrutamos de nuestras capacidades, de lo que podemos o sabemos hacer.
¿Qué te puede hacer
feliz?
Plantar un naranjo, encajar las piezas de un puzle, hornear
un pastel, montar un mueble, escribir un poema, resolver problemas de
matemáticas… Hay muchas actividades que te pueden hacer feliz, si las ves como
una oportunidad para disfrutar.
La felicidad es una sensación de satisfacción hacia tu
propia persona, no la confundas con la alegría.
lunes, 4 de julio de 2016
Hola..
Buenos días, el sábado y ayer no pude escribir; ya que me fui a casa de mi tita Rocío y al centro para comprar un libro a la "Casa del Libro".
Este es el libro que me compré:
Este es el libro que me compré:
Lo pasamos genial!!!!. Te quiero mucho tita, gracias por llevarme al mejor sitio del mundo entero...
viernes, 1 de julio de 2016
SERENIDAD
La serenidad es una sensación de calma y armonía. Nace en lo
más profundo de tu ser y se extiende hasta llegar a tus ojos.
Una persona serena es tranquila, apacible y, además, pide
las cosas con amabilidad y dulzura.
¿La serenidad ilumina la mente?
Sí. Lo hace a través de los ojos, otorgándote una visión
especial. Un superpoder, con el que puedes ver más claro lo que sucede y lo que
ha sucedido. Por eso, por ejemplo, se te pasa el enfado al ver que algo no
tenía realmente importancia.
Curiosamente, la serenidad se puede ejercitar como si fuese
un músculo. Y entrenarla ayuda a aumentar nuestra felicidad.
jueves, 30 de junio de 2016
ALIVIO
Experimentamos alivio cuando nos libramos de un peso, cuando
dejamos de percibir una amenaza o cuando nos disculpamos. Por ejemplo, sentirás
alivio al terminar un examen, al ver que un peligro se aleja o al reconocer un
error.
El alivio significa que una sensación o situación
desagradable ha terminado.
¿Cómo llega el alivio?
Suele venir acompañado de relajación.
Aliviadas las dificultades, reaparece la paz, nos sentimos
tranquilos. Es el camino hacia la serenidad.
miércoles, 29 de junio de 2016
TENSIÓN
Algunos la llaman “estrés”.
La tensión nace cuando nos enfrentamos a situaciones que
consideramos amenazantes.
Tres ejemplos:
-Llegar a un nuevo colegio o barrio.
-Estar en medio de una discusión acalorada.
-No tener la lección estudiada cuando el profesor está
haciendo preguntas.
También se produce tensión cuando hay intereses enfrentados.
Por ejemplo: Tú deseas cantar y tu mamá desea dormir.
¿Qué ocurre cuando te
sientes tenso?
Estás nervioso, impaciente y pierdes la calma con facilidad.
Si hablas de lo que te genera tensión con alguien en quien
confías, experimentarás un gran alivio.
Buenos días
Ayer no pude escribir en mi blog, ya que estuve con mi family en la piscina. Y después le ayude a mi hermana ha crear su propio blog. Aquí os dejo la dirección:
Besitos y que tengáis una buenas mañana,
http://elblogdereyessalme.blogspot.com.es/
Ya he puesto lo que debería haber puesto ayer, y dentro de unos minutos os pondré lo de hoy.Besitos y que tengáis una buenas mañana,
ANA MARÍA
IRRITACIÓN
El mundo está lleno de colores, olores, sonidos… Unos nos
agradan siempre; otros solo un momento. Algunos nos disgustan. Y otros nos
hacen sentir irritación; son tan molestos que se nos instalan dentro y no
podemos dejar de pensar en ellos.
¿Qué sucede cuando te
irritas?
Cuando algo te irrita eres muy consciente de tus sentidos.
Algo molesto pasa a ser irritante cuando crees que ya no puedes soportarlo más.
Una irritación muy duradera
nos lleva a sentir tensión. lunes, 27 de junio de 2016
IRA
También conocida como “rabia”, “cólera” o “furia”.
La ira es velocísima: te domina y se va casi sin que te des
cuenta. Por lo general, puede adueñarse de ti en situaciones que consideras muy
injustas o que atentan contra tu bienestar.
¿La ira es útil?
En una sociedad civilizada, no; porque la ira es una emoción
que no deja pensar. Te hace reaccionar como un animal que es atacado por otro.
Y puesto que ni vivimos entre bestias salvajes,
nuestras malas reacciones nos suelen
meter en problemas. Por eso, es mejor evitar que la ira tome el control
mientras estemos a tiempo. Por ejemplo, al sentir un poquito de irritación.
ODIO
De todas las emociones, el amor es quizá la más
contradictoria. Nos puede provocar una sonrisa gigantesca o una catarata de
lágrimas.
¿Cuánto dura el odio?
Algunas veces, el odio dura mucho tiempo. Otras, solo un
ratito. Puedes sentir un odio fugaz hacia una persona, pero eso no significa
que la hayas dejado de querer.
Si el odio nos mueve a la acción,
sucumbimos a la ira.
AMOR
De todas las emociones, el amor es quizá la más
contradictoria. Nos puede provocar una sonrisa gigantesca o una catarata de
lágrimas.
¿Qué clase de amor hay?
-
Amor romántico: cuando piensas constantemente en
una misma persona… y verla te produce una mezcla de nervios y alegría.
-
Amor diligente: cuando haces tuya la alegría o
la tristeza de la persona a quien amas y, además, siempre le deseas lo mejor.
Es un sentimiento puro y cálido.
El amor es lo opuesto al odio.
ESTE ES EL QUE TENDRIA QUE HABER PUESTO EL SÁBADO PERO NO LO PUDE PONER YA QUE ESTABA EN LA PLAYA CON MI FAMILY.
Hola..
Se que el sábado ni ayer escribí pero hoy os lo voy a poner todo lo del sábado, domingo y lo de hoy.
viernes, 24 de junio de 2016
Hola
Soy Ana, os recuerdo que hoy quienes sean de la hermandad del Divino Perdón del "Parque Alcosa", hoy son las votaciones de la hermandad.
TERNURA
Algunos seres despiertan nuestra ternura: un cachorro, un
árbol a punto de brotar, un abuelito… La ternura es cercanía, afecto y
compasión.
Sentimos ternura ante personas, seres y objetos indefensos o
que no parecen amenazadores.
¿Dónde está la ternura?
La ternura está en tu interior. Pero son los demás los que
abrirán las puertas de tu propia ternura. Su fragilidad despierta nuestro deseo
de ser suaves, atentos, comprensivos.
La ternura es una invitación al amor.
jueves, 23 de junio de 2016
IMPORTANTE
El cuento que he puesto antes es lo que va a pasar hoy en mi colegio, ya que mis compañeros y yo nos graduados para pasar a E.S.O. Y estoy feliz porque se que vamos a pasar un buen rato todos juntos.
Cuento infantil: La graduación de Ana
Ana es una niña de 12 años, de pelo castallo, risueña
y muy coqueta que esta emocionadísima porque se acerca el fin de curso de su
colegio y con él su graduación en su ciclo de primaria, que marca el inicio de
su salto a Secundaria.
Rufi, su “seño” como ella se suele decir, les está
enseñando como será el acto de su graduación y, como solo ellos saben hacer,
preparan todo lo necesario con la ayuda de sus educadoras y madres lo necesario
para que salga perfecto.
Todos los adultos quedan de acuerdo en que sea un acto
intimo, solo para los niños, educadores y sus familiares más cercanos, que lo
convierte en algo muy emotivo para su “seño” Rufi, que se despedirá de ellos
después de haber pasado 2 años enseñándoles a dividir de 3 o 4 cifras, escribir
bien y a ejercer su autonomía para que aprendan a hacer las cosas solitos y que
se den cuenta de que pueden lograr lo que quieran si se lo proponen.
Entre ensayos, reuniones y trabajos manuales por parte
de los padres para confeccionar las orlas y los birretes de los niños, se pasan
los días volando y llega el día tan esperado de la graduación de Ana y sus
compañeros.
Poco a poco, a la hora fijada, van llegando los padres
y abuelos con los protagonistas al comedor del centro donde se celebrará el
acto.
Todos los niños y niñas que se despiden de su etapa en
primaria, quedan de acuerdo junto con sus padres, en ir arreglados ya que es un
día tan especial.
Uno a uno van pasando los alumnos por delante de sus
educadoras, al mismo tiempo que ellas les van colocando sus birretes y
entregándoles sus orlas junto con un sonoro beso y un emocionado abrazo. Pues,
en ese tiempo que han estado con ellos, han pasado de ser sus educadores a ser
parte de sus familias, sus amigos y cómplices de juegos cuando ha tocado
divertirse.
Llega el turno de Ana y entre nerviosa y emocionada,
tras el abrazo a Ana no quiere soltarse. Le encanta la idea de pasar a formar
parte del pabellón de los grandes, pero sabe que no será lo mismo que cuando
estaba estos años con Rufi. Ahora llegarán muchísimos deberes y las
responsabilidades y no la tendrá cerca para que le pueda ayudar como hasta
ahora lo hacía.
Cuando consiguen sus compañeros y demás
educadores convencerle de que se suelte de su cuello, todos se dan cuenta que
tanto la pequeña Ana como su “seño Rufi” están derramando lágrimas en las que
se mezclan la emoción y la tristeza de saber que llegó el final.
Tras la graduación de todos los alumnos,
llega el momento de los regalos de despedida tanto a las educadoras como a los
niños, que se llevan un DVD con su paso por el ciclo de primaria y de
celebrarlo con alegría, de divertirse y dejar atrás las lágrimas. Pues aunque
ya no les tendrán como maestras, si que les seguirán viendo en la hora del
recreo.
Educadoras, padres y los alumnos
graduados disfrutan del almuerzo que con tanto cuidado han preparado y Ana
junto a sus amigos, consiguen convencer a sus padres de que les hagan una foto
con todos sus amigos, compañeros y maestras.
Después de toda la emoción vivida durante
la tarde, a Ana solo le falta una cosa. Desearos a todos que paséis un…FELIZ
VERANO
miércoles, 22 de junio de 2016
REGALITOS DE NOTAS
La fiesta del año
Miguel, Lucas, Toño y Rubén eran cuatro amigos
inseparables. Tenían entre 8 y 9 años y se conocían desde que iban a la
guardería. Siempre estaban juntos en el colegio, vivían en la misma
urbanización y cada tarde jugaban a un montón de juegos.
Un día, mientras estaban en clase, un profesor informó a todos los alumnos de que se iba a hacer una fiesta en el colegio por todo lo alto. ¡Iba a ser la fiesta del año! Habría música y conciertos, comida para todos, competiciones deportivas, concursos, sorteos y mucha diversión.
Los chicos, muy emocionados, hablaron sobre las actividades en las que querían participar. Miguel lo tenía claro:
- Somos los mejores imaginando personajes y jugando a extraterrestres. ¿Nos apuntamos al concurso de disfraces fantásticos?
- Podríamos hacer unos disfraces de robots. ¡Sería guay! - añadió Lucas
- ¡Sí! ¡Disfrazarnos de robots es perfecto! Sólo necesitamos papel de plata, cartón y alguna cosilla más…Toño, ¿tú qué opinas? - preguntó Rubén
Toño, que ya era capaz de imaginar los personajes, dijo:
- ¡Vamos a ponernos a hacerlos ya! ¡De aquí a la fiesta nos reuniremos todos los días para hacer los mejores disfraces!
Era muy divertido imaginar esos personajes fantásticos y reunirse cada día para hacerlos ellos mismos. Cada día avanzaban mucho y los disfraces iban cobrando vida. Ya sólo quedaban tres días para la fiesta y a cada minuto estaban más entusiasmados.
Como todas las mañanas, los cuatro amigos se encontraron en la puerta del colegio. Pero aquel día Rubén no apareció y Miguel, Lucas y Toño no sabían qué había pasado.
- ¡Qué raro! En cuanto salgamos del cole vamos corriendo a su casa para ver qué le ha pasado - dijo Miguel.
Cuando llegaron a casa de Rubén, se enteraron de que estaba enfermo y muy triste porque sólo faltaban dos días para la fiesta del año y no sabía si podría ir.
Esa tarde, sus amigos se reunieron como era de costumbre. Quedaba muy poco para la fiesta y tenían que terminar sus disfraces. Mientras acababan sus robots, Toño preguntó a sus amigos:
- ¿ No sería buena idea terminar el disfraz de Rubén y así le damos una sorpresa?
A todos les pareció genial, así que trabajaron toda la tarde hasta terminar sus disfraces.
Rubén sólo pensaba en la fiesta y en ponerse bueno, pero ya sólo quedaba un día y parecía que no mejoraba. Hasta que por fin llegó el día que todos estaban esperando.
Miguel, Lucas y Toño fueron corriendo a casa de Rubén con los disfraces deseando que estuviera bien.. Pero el pobre Rubén seguía en la cama y no podía ir a la fiesta. Todos se pusieron muy tristes al verlo.
- Chicos, ¡tenéis que ir a esa fiesta y pasarlo genial ! ¡Con los disfraces estoy seguro de que vais a ganar el concurso! - les dijo Rubén tratando de animarlos.
Todos sus amigos le hicieron caso, pero cuando estaban saliendo de su casa, Lucas dijo:
- Chicos, la fiesta sin Rubén no va a ser lo mismo. Esto es un rollo...
- Eh, un momento...¿ Y si nos quedamos con Rubén y hacemos la fiesta aquí? Seguro que se lo pasa bien y eso es mucho más importante que ganar el concurso de disfraces…
Todos se pusieron contentísimos, así que fueron a pedir permiso a la madre de Rubén. Al final, la mamá lo dejó salir de la cama un rato y entre todos organizaron una mini fiesta en la habitación que fue mucho mejor para ellos que la famosa fiesta del año.
Este cuento es como va a hacer hoy mi colegio.
Un día, mientras estaban en clase, un profesor informó a todos los alumnos de que se iba a hacer una fiesta en el colegio por todo lo alto. ¡Iba a ser la fiesta del año! Habría música y conciertos, comida para todos, competiciones deportivas, concursos, sorteos y mucha diversión.
Los chicos, muy emocionados, hablaron sobre las actividades en las que querían participar. Miguel lo tenía claro:
- Somos los mejores imaginando personajes y jugando a extraterrestres. ¿Nos apuntamos al concurso de disfraces fantásticos?
- Podríamos hacer unos disfraces de robots. ¡Sería guay! - añadió Lucas
- ¡Sí! ¡Disfrazarnos de robots es perfecto! Sólo necesitamos papel de plata, cartón y alguna cosilla más…Toño, ¿tú qué opinas? - preguntó Rubén
Toño, que ya era capaz de imaginar los personajes, dijo:
- ¡Vamos a ponernos a hacerlos ya! ¡De aquí a la fiesta nos reuniremos todos los días para hacer los mejores disfraces!
Era muy divertido imaginar esos personajes fantásticos y reunirse cada día para hacerlos ellos mismos. Cada día avanzaban mucho y los disfraces iban cobrando vida. Ya sólo quedaban tres días para la fiesta y a cada minuto estaban más entusiasmados.
Como todas las mañanas, los cuatro amigos se encontraron en la puerta del colegio. Pero aquel día Rubén no apareció y Miguel, Lucas y Toño no sabían qué había pasado.
- ¡Qué raro! En cuanto salgamos del cole vamos corriendo a su casa para ver qué le ha pasado - dijo Miguel.
Cuando llegaron a casa de Rubén, se enteraron de que estaba enfermo y muy triste porque sólo faltaban dos días para la fiesta del año y no sabía si podría ir.
Esa tarde, sus amigos se reunieron como era de costumbre. Quedaba muy poco para la fiesta y tenían que terminar sus disfraces. Mientras acababan sus robots, Toño preguntó a sus amigos:
- ¿ No sería buena idea terminar el disfraz de Rubén y así le damos una sorpresa?
A todos les pareció genial, así que trabajaron toda la tarde hasta terminar sus disfraces.
Rubén sólo pensaba en la fiesta y en ponerse bueno, pero ya sólo quedaba un día y parecía que no mejoraba. Hasta que por fin llegó el día que todos estaban esperando.
Miguel, Lucas y Toño fueron corriendo a casa de Rubén con los disfraces deseando que estuviera bien.. Pero el pobre Rubén seguía en la cama y no podía ir a la fiesta. Todos se pusieron muy tristes al verlo.
- Chicos, ¡tenéis que ir a esa fiesta y pasarlo genial ! ¡Con los disfraces estoy seguro de que vais a ganar el concurso! - les dijo Rubén tratando de animarlos.
Todos sus amigos le hicieron caso, pero cuando estaban saliendo de su casa, Lucas dijo:
- Chicos, la fiesta sin Rubén no va a ser lo mismo. Esto es un rollo...
- Eh, un momento...¿ Y si nos quedamos con Rubén y hacemos la fiesta aquí? Seguro que se lo pasa bien y eso es mucho más importante que ganar el concurso de disfraces…
Todos se pusieron contentísimos, así que fueron a pedir permiso a la madre de Rubén. Al final, la mamá lo dejó salir de la cama un rato y entre todos organizaron una mini fiesta en la habitación que fue mucho mejor para ellos que la famosa fiesta del año.
martes, 21 de junio de 2016
INFORMACIÓN ÚTIL
No olvidar que podéis seguir a Noelia Espinar Espinoso de los Monteros en me gusta escribir.
Solo tenéis que hacer: Es meterte en Google y poner Noelia Espinar Espinoso de los Monteros y te aparecerá su web, llamada me gusta escribir.
Aquí os dejo la web:
http://megustaescribir.com/autor/17477/noelia-espinar-espinosa-de-los-monteros
Solo tenéis que hacer: Es meterte en Google y poner Noelia Espinar Espinoso de los Monteros y te aparecerá su web, llamada me gusta escribir.
Aquí os dejo la web:
http://megustaescribir.com/autor/17477/noelia-espinar-espinosa-de-los-monteros
ESPECIAL
Hola, soy Ana. Quiero poner 42 emociones sobre: el AMOR, IRA, ORGULLO, ALIVIO....
Todas estas emociones son sacada del emocionario de palabras aladas; empezaré el día 24 ya que no hay colegio y estaré así hasta que termine el cuento.
Besos y no se lo pierdan.
Todas estas emociones son sacada del emocionario de palabras aladas; empezaré el día 24 ya que no hay colegio y estaré así hasta que termine el cuento.
Besos y no se lo pierdan.
Lo que le pasó a Noelia cuando se quedó sin sus libros
Noelia era una niña que adoraba leer cuentos. Se
pasaba el día entero sumergida en sus libros, leyendo una y otra vez historias
de todo tipo. Las que más le gustaban eran las que trataban sobre misterios y
enigmas, aunque los cuentos de hadas y duendes también le llamaba mucho la
atención.
Cada vez que alguien quería hacer un regalo a Noelia le obsequiaba con un libro. Los tenía de todos los tamaños, de todos los colores y de todas las formas posibles.
Un día Noelia y sus papás tuvieron que irse de su casa para mudarse a otra ciudad. Noelia empezó a empaquetar sus libros, pero su mamá le dijo que no se los podía llevar.
-Hija, no podemos llevarnos los libros-le dijo su mamá-. Donde vamos no hay sitio para ellos.
-Pero yo necesito mis libros, son míos -respondió la niña-. ¿Qué voy a leer si no me los llevo?
-Ya encontraremos un remedio, hija, no te preocupes -le dijo su madre, intentando calmar a su hija, que estaba muy preocupada por la noticia.
Aquella noche Noelia no pudo dormir. Estaba muy triste. Mudarse de casa no le hacía mucha gracia, pero irse sin sus libros era como dejar parte de ella abandonada allí. Cuando al final pudo dormirse, tuvo un sueño increíble. Un hada muy pequeña se acercaba a ella y le daba un pequeño papel enrollado dentro de un saquito con un cordón de cuero.
-Cuélgate esto al cuello y ábrelo cuando llegues a tu nuevo hogar -le decía el hada-. Cuando lo hagas encontrarás la solución a tus problemas.
Cuando Noelia se despertó y vio que tenía el saquito con el que había soñado no podía creérselo. Tuvo la tentación de abrirlo, pero enseguida se dio cuenta de que tenía que esperar.
Mucho más tranquila, incluso con bastante alegría, ayudó a sus padres con los últimos preparativos para el viaje.
-Parece que estás más animada, hija -le dijo su padre.
-Sí papá -respondió la niña-. He soñado que todo va a ir bien.
Cuando llegaron a su nueva casa Noelia vio que era muy pequeña. Allí no podría tener apenas libros, y eso le disgustó. Entonces se acordó del saquito que llevaba colgado al cuello, y se lo quitó. Lo dejó sobre la mesilla de noche de su habitación y se quedó dormida de lo cansada que estaba del viaje.
En sueños, Noelia volvió a ver al hada de la noche anterior, que le decía:
-¿Por qué no has abierto el saquito, Noelia
-Sea lo que sea, en esta casa no cabe nada. No hay sitio para mis cuentos -respondió la niña.
-¿Cuántos cuentos necesitas, pequeña? -preguntó el hada.
-Me gustaría tener todos los cuentos del mundo, leer todas las historias escritas y todas los libros que se escribirán -respondió Noelia.
-Abre el saquito y allí los encontrarás todos -dijo el hada antes de desaparecer.
Noelia se despertó sobresaltada. ¿Cómo iba a ser posible eso? ¿Habría en el saquito un conjuro mágico para convertir aquel apartamento en una gran casa? ¿O tal vez la receta para hacer una pócima que la transportara a un lugar lleno de libros?
Pues no, no había nada eso. Lo que había escrito en aquel papel no tenía nada que ver con eso. Simplemente, el papel decía: “Pide un deseo”.
Noelia estaba confundida. Aun así lo intentó.
-Deseo un conjuro para convertir esta casa en una gran mansión en la que quepan todos los cuentos del mundo-gritó la niña.
Pero no pasó nada.
Muy triste se echó a dormir otro poco. En sus sueños el hada le decía:
-Has deseado una casa, pero no hay ninguna casa tan grande como para que en ella quepan todos los cuentos, historias y libros del mundo.
A la mañana siguiente Noelia volvió a intentarlo. Esta vez, decidió probar a pedir una pócima mágica, a ver si esa era la solución.
-Deseo una pócima que me permita ir al lugar donde pueda leer todos los libros del mundo -dijo Noelia.
Esta vez tampoco pasó nada.
-¿Por qué es tan difícil? -gritó-. ¡Sólo quiero algo para poder leer todos los cuentos del mundo!
En ese momento apareció ante ella una libro, sólo uno. No era muy grande, pero tenía algo especial. En su portada, simplemente ponía: “Pide un deseo”. Era increíble. Noelia no podía creerlo.
Pero de repente lo entendió todo. Sin pensárselo dos veces, dijo:
-Deseo un cuento de piratas buenos.
Abrió el libro y se encontró con la historia de un pirata muy peculiar que no quería ser malo y que, al final, convencía a los demás piratas para hacer el bien y ayudar a la gente que lo necesitaba.
-Ahora deseo leer la historia de una ballena que se convierte en gaviota- dijo la niña.
Y allí estaba, la historia que había pedido, una ballena que se convertía en gaviota para buscar un lugar en el que nadie quiera cazar ballenas.
Noelia se pasó todo el día leyendo en aquel libro mágico que contenía todas las historias del mundo. Esa noche Noelia se acostó pensando que hasta los problemas más complicados tienen una solución, aunque no siempre sea como la habíamos pensado y que, a veces, es mucho más sencilla de lo que pueda parecer.
Esta historia buscada en Internet aunque la haya modificado, se lo dedicó a Noelia unas de las mejores amigas que tengo y que la quiero un montón (y Doki también lo quiero).
Cada vez que alguien quería hacer un regalo a Noelia le obsequiaba con un libro. Los tenía de todos los tamaños, de todos los colores y de todas las formas posibles.
Un día Noelia y sus papás tuvieron que irse de su casa para mudarse a otra ciudad. Noelia empezó a empaquetar sus libros, pero su mamá le dijo que no se los podía llevar.
-Hija, no podemos llevarnos los libros-le dijo su mamá-. Donde vamos no hay sitio para ellos.
-Pero yo necesito mis libros, son míos -respondió la niña-. ¿Qué voy a leer si no me los llevo?
-Ya encontraremos un remedio, hija, no te preocupes -le dijo su madre, intentando calmar a su hija, que estaba muy preocupada por la noticia.
Aquella noche Noelia no pudo dormir. Estaba muy triste. Mudarse de casa no le hacía mucha gracia, pero irse sin sus libros era como dejar parte de ella abandonada allí. Cuando al final pudo dormirse, tuvo un sueño increíble. Un hada muy pequeña se acercaba a ella y le daba un pequeño papel enrollado dentro de un saquito con un cordón de cuero.
-Cuélgate esto al cuello y ábrelo cuando llegues a tu nuevo hogar -le decía el hada-. Cuando lo hagas encontrarás la solución a tus problemas.
Cuando Noelia se despertó y vio que tenía el saquito con el que había soñado no podía creérselo. Tuvo la tentación de abrirlo, pero enseguida se dio cuenta de que tenía que esperar.
Mucho más tranquila, incluso con bastante alegría, ayudó a sus padres con los últimos preparativos para el viaje.
-Parece que estás más animada, hija -le dijo su padre.
-Sí papá -respondió la niña-. He soñado que todo va a ir bien.
Cuando llegaron a su nueva casa Noelia vio que era muy pequeña. Allí no podría tener apenas libros, y eso le disgustó. Entonces se acordó del saquito que llevaba colgado al cuello, y se lo quitó. Lo dejó sobre la mesilla de noche de su habitación y se quedó dormida de lo cansada que estaba del viaje.
En sueños, Noelia volvió a ver al hada de la noche anterior, que le decía:
-¿Por qué no has abierto el saquito, Noelia
-Sea lo que sea, en esta casa no cabe nada. No hay sitio para mis cuentos -respondió la niña.
-¿Cuántos cuentos necesitas, pequeña? -preguntó el hada.
-Me gustaría tener todos los cuentos del mundo, leer todas las historias escritas y todas los libros que se escribirán -respondió Noelia.
-Abre el saquito y allí los encontrarás todos -dijo el hada antes de desaparecer.
Noelia se despertó sobresaltada. ¿Cómo iba a ser posible eso? ¿Habría en el saquito un conjuro mágico para convertir aquel apartamento en una gran casa? ¿O tal vez la receta para hacer una pócima que la transportara a un lugar lleno de libros?
Pues no, no había nada eso. Lo que había escrito en aquel papel no tenía nada que ver con eso. Simplemente, el papel decía: “Pide un deseo”.
Noelia estaba confundida. Aun así lo intentó.
-Deseo un conjuro para convertir esta casa en una gran mansión en la que quepan todos los cuentos del mundo-gritó la niña.
Pero no pasó nada.
Muy triste se echó a dormir otro poco. En sus sueños el hada le decía:
-Has deseado una casa, pero no hay ninguna casa tan grande como para que en ella quepan todos los cuentos, historias y libros del mundo.
A la mañana siguiente Noelia volvió a intentarlo. Esta vez, decidió probar a pedir una pócima mágica, a ver si esa era la solución.
-Deseo una pócima que me permita ir al lugar donde pueda leer todos los libros del mundo -dijo Noelia.
Esta vez tampoco pasó nada.
-¿Por qué es tan difícil? -gritó-. ¡Sólo quiero algo para poder leer todos los cuentos del mundo!
En ese momento apareció ante ella una libro, sólo uno. No era muy grande, pero tenía algo especial. En su portada, simplemente ponía: “Pide un deseo”. Era increíble. Noelia no podía creerlo.
Pero de repente lo entendió todo. Sin pensárselo dos veces, dijo:
-Deseo un cuento de piratas buenos.
Abrió el libro y se encontró con la historia de un pirata muy peculiar que no quería ser malo y que, al final, convencía a los demás piratas para hacer el bien y ayudar a la gente que lo necesitaba.
-Ahora deseo leer la historia de una ballena que se convierte en gaviota- dijo la niña.
Y allí estaba, la historia que había pedido, una ballena que se convertía en gaviota para buscar un lugar en el que nadie quiera cazar ballenas.
Noelia se pasó todo el día leyendo en aquel libro mágico que contenía todas las historias del mundo. Esa noche Noelia se acostó pensando que hasta los problemas más complicados tienen una solución, aunque no siempre sea como la habíamos pensado y que, a veces, es mucho más sencilla de lo que pueda parecer.
Esta historia buscada en Internet aunque la haya modificado, se lo dedicó a Noelia unas de las mejores amigas que tengo y que la quiero un montón (y Doki también lo quiero).
lunes, 20 de junio de 2016
El castillo de hielo
AQUI OS DEJO OTRA HISTORIA:
Había una vez un reino muy frío construído sobre nieve en el que había un castillo que estaba hecho de hielo. Era un lugar tan frío que ni siquiera el fuego que utlizaban sus habitantes para calentarse lograba derretirlo. La causa estaba en la frialdad del corazón de los que allí vivían. Todos tenían corazones de hielo. Especialmente el rey, que era déspota y consentido.
Pero tal era el frío que salía de los corazones de aquella gente que llegó un día en que el fuego del castillo finalmente se apagó. Aquello era una tragedia. No había luz por la noche, ni lugar para cocinar los alimentos. Necesitaban el fuego para vivir.
El rey mandó a un joven soldado que saliera a buscar fuego para alimentar la chimenea del castillo.
-¡Y no vuelvas sin él!- le dijo.
El joven salió hacia la aldea con una lámpara y unas velas apagadas en busca de alguien que le diera un poco de fuego. Se detuvo ante la primera casa encontró, llamó a la puerta y dijo:
-¡Abrid! ¡El rey exige fuego para alimentar su chimenea!- gritó el joven con tono impertinente.
Pero nadie le abrió la puerta, así que el soldado siguió caminando. Encontró una segunda casa y volvió a llamar.
-¡El rey necesita fuego para alimentar su castillo!
Esperó un largo rato en la puerta, muerto de frío y sin recibir respuesta alguna. Finalmente un hombre abrió la puerta con cierto recelo
- El rey nunca se preocupa por su pueblo, ¿por qué habríamos de ayudarle ahora?
Y cerró la puerta en las narices del soldado.
El joven continuó caminando pensando en las palabras de aquel hombre. Al fin y al cabo tenía razón. Era normal que nadie quisiera ayudar al rey. Pero el tenía que volver al castillo con el fuego. Se lo había dejado bien claro el rey. Tenía que seguir intentándolo así que llamó a otra puerta.
- ¿Qué queréis? - contestó una mujer antes incluso de que hubiera llamado
- Fuego, fuego para el castillo del rey señora
- ¿Sabes? No debería dártelo porque el rey no se lo merece. Pero me da pena que vuelvas con las manos vacías y te encierre en las mazmorras… Anda pasa.
La mujer le dio fuego al soldado y éste pudo encender la vela, pero al poco rato de caminar con ella en la mano ésta se apagó. El muchacho no lo entendía. No sabía que si había ocurrido eso era porque el frío de su corazón la había apagado.
Intentó regresar a la casa de la mujer que había encendido la vela pero había anochecido por completo y no pudo encontrar el camino. El joven estaba desesperado. No podía volver al castillo sin fuego y cada vez tenía más frío y hambre.
En ese momento, una joven pasó por allí y vio a aquel muchacho que no dejaba de lamentarse de su mala suerte.
-¿Qué te pasa? Pareces triste.
-Soy un desgraciado -dijo él -. El rey me ha dicho que lleve fuego al castillo y cuando por fin consigo a alguien que me lo dé se me apaga la vela. ¡No puedo volver sin él!
-Tranquilo. Ven conmigo, yo te lo daré
El joven desconfió de la amabilidad de la muchacha pero aún así la siguió. Llegaron a su casa y ella le Juntos le invitó a sentarse junto a la chimenea para que entrara en calor.
- Sólo puedo ofrecerte pan duro, lo siento.
- Ya veo... imagino que querrás un buen puñado de monedas de oro por dejar que me resguarde aquí y darme fuego.
- ¿Querer? ¿Por qué iba a pedirte algo? No quiero nada. Sólo pretendía ayudarte.
- Ah, gracias entonces…. De donde yo vengo nadie te ayuda sin pedirte algo a cambio.
- ¿De verdad? Aquí las cosas son de otra forma. Nadie tiene mucho, pero nos ayudamos los unos a los otros para salir adelante.
- Ah… ¿Oye, te importa si paso la noche aquí? Estoy muy cansado como para seguir andando hasta el castillo. Partiré mañana temprano.
Ambos se fueron a dormir pero el joven soldado continuó pensando en las palabras de la muchacha “Nos ayudamos los unos a los otros para salir adelante” Era una extraordinaria forma de ver las cosas y seguro que mucho más felices así de lo que eran los habitantes del castillo.
- Tengo que encontrar la forma de ayudarle, se dijo.
Cuando a la mañana siguiente la muchacha se levantó se encontró la mesa llena de pan, fruta, queso y leche. El soldado había madrugado para ir al pueblo y comprarlo todo lo que pudo con unas monedas que había encontrado en sus bolsillos.
-¡Muchísimas gracias! No sé cómo agradecértelo - dijo la muchacha
- Ya has hecho bastante. Gracias por todo.
El muchacho encendió su vela con cuidado y emprendió su camino de vuelta. Tenía miedo de que volviera a apagarse pero esta vez no ocurrió. Cuando llegó al castillo y prendió la chimenea sucedió algo sorprendente. La gente empezó a sonreír y a ser amable de repente, y su corazón se llenó de paz y amor por los demás. El rey dejó de ser déspota y la nieve desapareció para dar paso a verdes y frondosos prados. El castillo de hielo se transformó en un castillo de cristal donde el fuego de la chimenea no se apagó jamás.
Había una vez un reino muy frío construído sobre nieve en el que había un castillo que estaba hecho de hielo. Era un lugar tan frío que ni siquiera el fuego que utlizaban sus habitantes para calentarse lograba derretirlo. La causa estaba en la frialdad del corazón de los que allí vivían. Todos tenían corazones de hielo. Especialmente el rey, que era déspota y consentido.
Pero tal era el frío que salía de los corazones de aquella gente que llegó un día en que el fuego del castillo finalmente se apagó. Aquello era una tragedia. No había luz por la noche, ni lugar para cocinar los alimentos. Necesitaban el fuego para vivir.
El rey mandó a un joven soldado que saliera a buscar fuego para alimentar la chimenea del castillo.
-¡Y no vuelvas sin él!- le dijo.
El joven salió hacia la aldea con una lámpara y unas velas apagadas en busca de alguien que le diera un poco de fuego. Se detuvo ante la primera casa encontró, llamó a la puerta y dijo:
-¡Abrid! ¡El rey exige fuego para alimentar su chimenea!- gritó el joven con tono impertinente.
Pero nadie le abrió la puerta, así que el soldado siguió caminando. Encontró una segunda casa y volvió a llamar.
-¡El rey necesita fuego para alimentar su castillo!
Esperó un largo rato en la puerta, muerto de frío y sin recibir respuesta alguna. Finalmente un hombre abrió la puerta con cierto recelo
- El rey nunca se preocupa por su pueblo, ¿por qué habríamos de ayudarle ahora?
Y cerró la puerta en las narices del soldado.
El joven continuó caminando pensando en las palabras de aquel hombre. Al fin y al cabo tenía razón. Era normal que nadie quisiera ayudar al rey. Pero el tenía que volver al castillo con el fuego. Se lo había dejado bien claro el rey. Tenía que seguir intentándolo así que llamó a otra puerta.
- ¿Qué queréis? - contestó una mujer antes incluso de que hubiera llamado
- Fuego, fuego para el castillo del rey señora
- ¿Sabes? No debería dártelo porque el rey no se lo merece. Pero me da pena que vuelvas con las manos vacías y te encierre en las mazmorras… Anda pasa.
La mujer le dio fuego al soldado y éste pudo encender la vela, pero al poco rato de caminar con ella en la mano ésta se apagó. El muchacho no lo entendía. No sabía que si había ocurrido eso era porque el frío de su corazón la había apagado.
Intentó regresar a la casa de la mujer que había encendido la vela pero había anochecido por completo y no pudo encontrar el camino. El joven estaba desesperado. No podía volver al castillo sin fuego y cada vez tenía más frío y hambre.
En ese momento, una joven pasó por allí y vio a aquel muchacho que no dejaba de lamentarse de su mala suerte.
-¿Qué te pasa? Pareces triste.
-Soy un desgraciado -dijo él -. El rey me ha dicho que lleve fuego al castillo y cuando por fin consigo a alguien que me lo dé se me apaga la vela. ¡No puedo volver sin él!
-Tranquilo. Ven conmigo, yo te lo daré
El joven desconfió de la amabilidad de la muchacha pero aún así la siguió. Llegaron a su casa y ella le Juntos le invitó a sentarse junto a la chimenea para que entrara en calor.
- Sólo puedo ofrecerte pan duro, lo siento.
- Ya veo... imagino que querrás un buen puñado de monedas de oro por dejar que me resguarde aquí y darme fuego.
- ¿Querer? ¿Por qué iba a pedirte algo? No quiero nada. Sólo pretendía ayudarte.
- Ah, gracias entonces…. De donde yo vengo nadie te ayuda sin pedirte algo a cambio.
- ¿De verdad? Aquí las cosas son de otra forma. Nadie tiene mucho, pero nos ayudamos los unos a los otros para salir adelante.
- Ah… ¿Oye, te importa si paso la noche aquí? Estoy muy cansado como para seguir andando hasta el castillo. Partiré mañana temprano.
Ambos se fueron a dormir pero el joven soldado continuó pensando en las palabras de la muchacha “Nos ayudamos los unos a los otros para salir adelante” Era una extraordinaria forma de ver las cosas y seguro que mucho más felices así de lo que eran los habitantes del castillo.
- Tengo que encontrar la forma de ayudarle, se dijo.
Cuando a la mañana siguiente la muchacha se levantó se encontró la mesa llena de pan, fruta, queso y leche. El soldado había madrugado para ir al pueblo y comprarlo todo lo que pudo con unas monedas que había encontrado en sus bolsillos.
-¡Muchísimas gracias! No sé cómo agradecértelo - dijo la muchacha
- Ya has hecho bastante. Gracias por todo.
El muchacho encendió su vela con cuidado y emprendió su camino de vuelta. Tenía miedo de que volviera a apagarse pero esta vez no ocurrió. Cuando llegó al castillo y prendió la chimenea sucedió algo sorprendente. La gente empezó a sonreír y a ser amable de repente, y su corazón se llenó de paz y amor por los demás. El rey dejó de ser déspota y la nieve desapareció para dar paso a verdes y frondosos prados. El castillo de hielo se transformó en un castillo de cristal donde el fuego de la chimenea no se apagó jamás.
La arañita agradecida 4/4 (final)
Así, el
frágil animalito, probó ante el mundo que el amor y la lealtad no son sólo
patrimonio de algunos corazones humanos.
ESTE HA SIDO EL FINAL DE LA HISTORIA; PERO UN VOY A DEJAR OTRA HISTORIA O CUENTO PORQUE ESTE CAPÍTULO HA SIDO MUY CORTO.
ESTE HA SIDO EL FINAL DE LA HISTORIA; PERO UN VOY A DEJAR OTRA HISTORIA O CUENTO PORQUE ESTE CAPÍTULO HA SIDO MUY CORTO.
IMPORTANTE
domingo, 19 de junio de 2016
IMPORTANTE
La arañita agradecida página 3/4
- ¿Qué
haremos? -preguntó una noche la madre, alarmada al contemplar la cara de la
niña llena de puntos rojos.
- ¡No lo sé!
-respondió el padre, desesperado al no encontrar el remedio para terminar con
los dañinos insectos.
La arañita,
desde su punto de observación, había escuchado todo, y en su diminuto mente
concibió una idea maravillosa para socorrer a su querida amiga y enseguida la
puso en práctica.
Aquella
noche, nuestro arácnido se deslizó de su tela y corriendo lo más velozmente que
le permitían sus patitas, sobre las verticales paredes, llegó al desván de la
casa, en donde, como es natural, habitaban miles de arañas de todas las clases
y tamaños.
- ¡Vengo a
pedir ayuda! -gritó el animalito, en cuanto estuvo cerca de sus congéneres.
- ¡Necesito
de vuestros servicios!
La patudita,
entusiasmada con tan preciosa alianza, explicó en pocas palabras de lo que se
trataba y muy pronto miles de arañas, dirigidas por ella, abandonaron sus telas
y en formaciones dignas de un ejército disciplinado, se dirigieron a la
habitación donde reposaba Consuelo, molestada a cada instante por los mosquitos
sanguinarios y otros insectos molestos.
- Debemos
protegerla -dijo tan pronto llegaron.
-¡A trabajar
todas!
Las arañas,
al escuchar esta orden terminante, se dividieron en varios grupos y comenzaron
a formar telas, desde la cabecera hasta los pies de la cama, dejando en pocos
instantes a la criatura bajo de un tejido maravilloso, en donde los mosquitos y
otros bichos, se enredaban y morían atacados sin tregua por las arañas que no
daban un minuto de reposo a su humanitaria tarea.
En contadas
horas la pieza quedó libre de insectos y la niña convaleciente, sin nada que la
molestara, pudo continuar descansando en su cama, cubierta por tan extraño
palio que más bien parecía un tejido de hadas sobre el lecho de un ángel.
Una vez
terminada la tarea, las arañas regresaron al desván y la arañita de nuestra
historia volvió a su casita de tul, prendida tras el cuadro del Niño Jesús, desde
donde continuó contemplando el plácido sueño de su amiga del alma, pagando con
esto, la amistad que la niña le había dispensado en los ya lejanos días del
comedor.
LO SIENTO POR NO HABERLO PUESTO ANTES
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