La tensión nace cuando nos enfrentamos a situaciones que
consideramos amenazantes.
Tres ejemplos:
-Llegar a un nuevo colegio o barrio.
-Estar en medio de una discusión acalorada.
-No tener la lección estudiada cuando el profesor está
haciendo preguntas.
También se produce tensión cuando hay intereses enfrentados.
Por ejemplo: Tú deseas cantar y tu mamá desea dormir.
¿Qué ocurre cuando te
sientes tenso?
Estás nervioso, impaciente y pierdes la calma con facilidad.
Si hablas de lo que te genera tensión con alguien en quien
confías, experimentarás un gran alivio.
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