Sentimos ternura ante personas, seres y objetos indefensos o
que no parecen amenazadores.
¿Dónde está la ternura?
La ternura está en tu interior. Pero son los demás los que
abrirán las puertas de tu propia ternura. Su fragilidad despierta nuestro deseo
de ser suaves, atentos, comprensivos.
La ternura es una invitación al amor.
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