Un búho, una
comadreja, un gato y un ratoncito,
vivían en distintos lugares de un tronco seco. Aunque eran enemigos naturales,
y desconfiaban uno del otro, ninguno dejaba su refugio. El dueño del campo, un
día decidió eliminarlos, colocó trampas y una red en la base del tronco.
El primero en caer, fue el gato, que al
verse en peligro comenzó a gritar. Al escuchar el ratón se alegro, porque de
esta manera se libraba de su enemigo, pero el
gato le dijo:
-Si yo muero quedaras
a merced del búho y de la comadreja, que quieren más que yo que seas su
alimento, pero si me ayudas, en gratitud te compensare protegiéndote.
El ratoncito libero al
gato, y huyeron del lugar. Pasado el tiempo el gato, se dio cuenta que el ratón
aun le temía, así que le dijo:
-¿Piensas que he
olvidado mi promesa, cuando me salvaste de la trampa?
-¡No! - dijo el
ratoncito-, pero tampoco olvido tu instinto, ni en que circunstancias has hecho
la promesa.
Moraleja:
Jamás confiemos en alianzas que hizo el miedo, en pasando el temor, valen un
bledo.
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